"Desde este punto de vista [el de una fe cristiana radicalmente determinada por la exégesis bíblica], la fuente primitiva se aleja en el tiempo, y la amplitud de este alejamiento se mide en la suma de conocimientos necesarios para superarlo y en el respeto que se les debe. Más aun, ligada a la posibilidad de alcanzar una realidad histórica tras los textos, la verdad evangélica parece encerrada bajo las capas del Nuevo Testamento: parcialmente perdida, parcialmente incomprensible, parcialmente poseída, no ya por una Iglesia sino por sabios".
Michel de Certeau, "Autoridades cristianas y estructuras sociales", en La debilidad de creer, Katz, 2007, p. 117.
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