miércoles, 12 de diciembre de 2007
lunes, 10 de diciembre de 2007
Aniversario Comunidad Amén
1. Empezamos a las 10:00 acogiendo al personal: religiosas del Santo Ángel, parroquianos de San Pablo, comunidades Pueblo de Dios, Malkut, Tierra Esperanza y Nueva Tierra, sacerdotes diocesanos, amigos y compañeros de varias procedencias (equipos de Nuestra Señora, Delegación Apostolado Seglar), familia, además de la presencia tan agradable e importante para nosotros de D. José Vilaplana, nuestro obispo.
2. Mesa redonda: ¿Cómo ser fecundos en la Iglesia hoy?
Hubo varias intervenciones y muy buenas (queremos ponerlas en este blog si nos es posible), que mantuvieron la atención del público y pusieron importantes matices al tema de la "fecundidad": Ángela Ortega (N. Tierra), Fausto Giles (Pueblo de Dios), Jesusa Arija (Subdelegada Diocesana Apostolado Seglar), Pedro Barranco (Tierra Esperanza), Jose Antonio Omist (Formador del Seminario Diocesano). María se encargó de moderar a tan variados conferenciantes.
3. Eucaristía.
¿Qué más se puede pedir que poder celebrar la Eucaristía con nuestros hermanos y hermanas en este campito que tanta ilusión y trabajo ha generado en nosotros? Fue un momento emocionante, no faltaron las lágrimas ni el canto y, para nosotros, fue el mejor momento del día. Las palabras tiernas y afectuosas de D. José se hicieron eco de lo expresado en la mesa redonda y fueron un hermoso respaldo a nuestro esfuerzo cotidiano por dejar que la gracia que Dios nos da, brote como un fruto en el mundo y en la Iglesia. La presencia de Jose Antonio Omist, como en tantos y tantos momentos más desapercibidos, fue para nosotros un regalo.
4. Comida y cierre.
Os podeis imaginar. Un poco de todo. Todos quedamos contentos y aún sobró.
Nuestra impresión en aquel momento fue la de haber recibido más de lo que merecíamos, la de estar desbordados por el reconocimiento, el arrope y el apoyo que tantos y tan buenos cristianos daban a nuestra comunidad, tan pequeña y tan pobre. Quizás no se pueda decir mejor que con la palabra Gracia, regalo inmerecido de Dios, Amor primero.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Jon Sobrino
viernes, 30 de noviembre de 2007
Encuesta
Por mi parte pienso que no es lo mismo plantearnos el tema desde la preconcepción de catedral de la Edad Media, veáse Toledo:
que desde una opción pastoral moderna, es decir, construir un nuevo símbolo para la Iglesia de Huelva que a la vez sea un recurso importante en cuanto a espacio y versatilidad en el uso, veáse (con menos pretensiones en nuestro caso), Brasilia:
Juan Diego González, Amén.
lunes, 26 de noviembre de 2007
Pilares de la Comunidad Amén (VI)
“Ya que cada uno ha recibido algún don espiritual, úsenlo para el bien de los demás, para que produzcan frutos las diferentes gracias que Dios repartió entre ustedes.” 1Pe 4, 10-11.
“En San Pablo, carisma significa un don, un talento que apunta en una dirección y que busca el objetivo de la gracia de Dios”[1].
Esta Comunidad entiende que no está llamada a ser un grupo de cristianos reunidos en torno a un mismo carisma, si no que su parecerse a las comunidades de los apóstoles pasa por permitir que en ella se desarrollen los distintos dones y carismas que el Espíritu suscite entre sus miembros. Es decir, más a la manera de una comunidad parroquial, que como una orden religiosa.
Desde el principio de esta Comunidad, vimos que era bueno distribuir a los miembros en diferentes servicios, no solo por organización, sino también para que cada miembro desde su servicio ponga delante del resto los dones que ha recibido del Espíritu. No nos ha resultado fácil hasta ahora, hacer coincidir los distintos carismas con los distintos servicios, aunque esta sería la situación ideal, aquella en la que cada uno ha descubierto su carisma y lo ofrece a la Comunidad conscientemente, respondiéndole esta con su aceptación y confianza.
De entre todos estos dones, la Comunidad tiene especial interés en reconocer y aprovechar aquel que ayuda a que todos los demás puedan ser. A este carisma le llamamos autoridad, y sabemos que no implica una situación de poder, si no más bien que aquel que lo posee, estará especialmente llamado a la humildad y al servicio (en el espíritu de aquel dicho de San Agustín “Para vosotros soy obispo, con vosotros cristiano”). Sabemos que no es estática la presencia del Espíritu en nosotros, y que por tanto esa capacidad para armonizar todos los dones, en la edificación de la “casa común”, no habita en uno solo y para siempre, antes bien va apareciendo en todos con el paso del tiempo. No obstante, parece claro que lo ideal es identificar a quién posee con mayor fuerza el carisma de la autoridad y darle confianza para que lo ejerza en beneficio de todos. Nosotros llamamos a esta persona el animador-coordinador de la Comunidad.
Sin tener menos importancia, existen otros carismas que también conviene saber reconocer en la Comunidad, como pueden ser el de aquel que tiene una especial capacidad para promover la oración, para ser profeta dentro de la Comunidad, para cuidar los pequeños detalles que hacen a todos la vida más agradable. Nosotros hemos procurado dar a cada uno una responsabilidad para ir viendo en que manera se van expresando los distintos dones, y para garantizar que todas las áreas importantes están cuidadas. Hasta hoy hemos tenido encargados de la oración, de la administración y secretario, además del coordinador.
Para concluir este punto, queremos reforzar la idea de que los carismas son regalos, dones que el Espíritu suscita para el beneficio común (“El Espíritu suscita por doquier explosiones de evangelio”[2]). Su ejercicio no depende del reconocimiento expreso de la Comunidad, pues son, por si mismos, irradiación del Espíritu. Sin embargo la apertura confiada de la Comunidad a su influjo, incrementa su fecundidad y eficacia, por lo que es conveniente al máximo que esta reconozca y aliente su existencia.
[1] Yves Congar. Sobre el Espíritu Santo. París, 1983.
[2] Y. Congar. op. cit.
viernes, 23 de noviembre de 2007
J. AUER. El Evangelio de la gracia.Ed. Herder
Si el título resulta muy interesante eso de "Curso de Teología Dogmática" puede echar un poco para atrás. Desde mi punto de vista es un texto bien escrito en cuanto al estilo, y con una presentación breve y ordenada de las cuestiones relacionadas con un tema tan importante y a la vez tan inusitado en estos tiempos como la gracia. Entender algo más sobre la salvación que Jesús nos ofrece en nombre del Padre es suficiente motivo para vencer las dificultades que tiene el lenguaje teológico para los que no somos especialistas. Ser capaces de dialogar criticamente con la sociedad en la que vivimos desde lo especificamente cristiano (que no es solamente de orden moral sino escatológico), es con toda seguridad el mejor beneficio que nos aporta este libro, que recomiendo a todos (aunque aprovechemos el 10% nuestro entendimiento irá aumentando).
Juan Diego González, Amén.
jueves, 22 de noviembre de 2007
Día del Apostolado Seglar
sábado, 17 de noviembre de 2007
YVES CONGAR, OP. Diario de un teólogo. Trotta, 2005.
Magnífico cuadro de la Iglesia de mediados del siglo XX esta obra es además una oportunidad para conocer a un gran cristiano, uno de los teólogos católicos más importantes del pasado siglo. Un estudio a fondo sobre esta obra podéis verlo en
jueves, 15 de noviembre de 2007
Movimiento Diocesano de Comunidades Juveniles
lunes, 5 de noviembre de 2007
Zaqueo y el éxito
jueves, 1 de noviembre de 2007
Pilares de la Comunidad Amén
“Vosotros seréis mi pueblo.” Ez 36, 28.
Esta Comunidad está formada en parte por familias y, también en parte, gracias a su vida cotidiana existe y se desarrolla. El compromiso que las familias tienen consigo mismas de ser fieles a Dios, que se expresa en el amor mutuo de la pareja y en el nacimiento y cuidado de los hijos por parte de los padres, es algo que da a la Comunidad esperanza de un futuro de fidelidad. Que una familia opte por ser fiel a Dios es una de las mejores expresiones del pueblo que reconoce tener a Dios por Rey.
Por todo esto, Amén valora a sus familias como un tesoro, y hace esfuerzos por cuidarlas y permitir que se desarrollen, ayudando a profundizar a las parejas en la vocación familiar que han recibido, pues entiende que sin ellas perdería una parte fundamental de su ser. Al igual que la Comunidad necesita espacios de intimidad para crecer buscando la voluntad de Dios, las familias también los necesitan, y es nuestra firme intención buscar esos espacios y respetarlos.
Cada familia está llamada a vivir dentro de si la radicalidad del mensaje evangélico, siendo germen de la familia universal, de la cual la Comunidad no es sino un primer paso. Es una responsabilidad especial de cada familia el conseguir aprovechar las oportunidades que la Comunidad le brinda, para crear este ambiente entre sus miembros, por ejemplo, en cuanto a la oración, que debería tener su comienzo en el núcleo familiar. Solo así podrán estos iluminar al resto de la Comunidad y junto con ella ser sal de la tierra (Mc 9, 50).
Dentro del vivir comunitario aquellos miembros que, por su opción o su circunstancia, no han formado una familia, tienen también una gran responsabilidad: cuidar y acompañar a las familias, siendo instancia crítica que las sacude y confronte, siendo un ejemplo para ellas de entrega, disponibilidad, oración y alegría.
viernes, 12 de octubre de 2007
Un día de felicidad junto a Jesús
lunes, 24 de septiembre de 2007
5º ANIVERSARIO COMUNIDAD AMÉN: "Tierra fecunda en tus manos, Señor"
Programa:
10:00 Acogida
10:30 Mesa redonda: “¿Cómo ser fecundos en la Iglesia hoy?
12:00 Eucarístia.
13:30 Comida (compartiremos lo que llevemos entre todos)
Para llegar:
- Llegar a la Autovía A-49 HUELVA-SEVILLA.
- Tomar el desvío Niebla-Bonares.
- Tomar la carretera A-484 Bonares-Almonte, en dirección a Almonte.
- Una vez pasado el Km. 6 tomar el primer carril a mano derecha.
- Nuestra casa es una casita blanca con arcos que, en el carril, es la segunda a mano izquierda.
- Si no nos encuentras llama al 654895415.
lunes, 27 de agosto de 2007
Pilares de la Comunidad Amén IV.
Esta Comunidad ha vivido, vive y quiere seguir viviendo los bienes materiales como lo hacían las primeras comunidades descritas en los Hechos de los Apóstoles (Hch 2, 44), ya que descubrimos que cuando esto se hace, se convierte en verdad hoy el milagro de los panes y los peces (Mt 14, 13-21), el que tiene comparte y el que carece tiene, el Reino se hace presente desde aquí en el día a día de la Comunidad.
Todo esto hace que cada miembro de la Comunidad se distancie del poseer, y mire los bienes como algo que no le es propio (Lc 16, 11-13), sino que pertenece a todos.
Creemos que vivir la comunidad de bienes en el mundo de hoy, en el que prima tener cada vez más, y disponer cada uno de lo propio sin preguntar a nadie, es un testimonio claro de misericordia de Dios, que nos ha hecho pueblo, para que juntos nos enfrentemos a un mundo que, de otra forma, nos es hostil.
La vocación de esta Comunidad no es a la austeridad como parte de una ascética que nos llevara a ser “buenos” a los ojos de Dios. Más bien, nos sentimos invitados a vivir la pobreza como actitud espiritual de apertura a los planes de Dios sobre nosotros. Apertura que lleva necesariamente a encontrarnos con los demás hombres, con los que tienen menos para compartir, y con los que tienen más, para ser prueba de que la felicidad no se logra solo con tener. Este compartir significa para nosotros un empobrecimiento, un vivir con menos de lo que podríamos, de la misma forma que Jesús siendo rico, se hizo pobre para hacerse uno de nosotros (Flp 2, 6-11), para junto con aquellos que tienen menos, sentirnos todos dueños de una misma heredad, hijos de un mismo Padre. “Felices los que eligen ser pobres, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5, 3)
No es solo el dinero lo que estamos dispuestos a compartir, sino también aquello que es más íntimo y personal, como son nuestras casas y sobre todo, nuestro tiempo. Nosotros somos un don de Dios al mundo, y es eso lo que principalmente hemos de dar. Nos sentimos llamados a donarnos.
Que esta pobreza nos haga estar abiertos a todos sin distinción, probará que estamos siendo realmente los pobres que Dios quiere.
Para poder organizarnos adecuadamente delegamos en el encargado de la administración el reparto de los ingresos y la planificación de los gastos comunes. Cada casa (Emaus y Betania) tienen un presupuesto mensual, independientemente de los ingresos que tengan. Lo que excede de esos presupuestos familiares es el ahorro comunitario, donde se tiene una reserva para gastos extraordinarios.
Como compromiso que ayuda a concretar las intenciones antes expresadas, la Comunidad aporta mensualmente el 10% de lo que ingresa a distintas realidades que sabe lo necesitan.
martes, 21 de agosto de 2007
Seguimos avanzando
Después de todo este trabajar en algo que no dará un fruto inmediato aparece claramente una reflexión sobre la fecundidad y la gratuidad en la vida que vivimos en Dios. Agarrar con fuerza la inutilidad de nuestra iniciativa permite a nuestras manos ponerse en marcha para trabajar en la "viña de otro", dejándole a Él la preocupación final.
sábado, 4 de agosto de 2007
De vuelta a casa y vacaciones
lunes, 9 de julio de 2007
Experiencia pastoral en Punta Umbria
miércoles, 27 de junio de 2007
Pilares de la Comunidad Amén III
Guiados por los sueños de Dios.
“Seguidme y os haré pescadores de hombres”. Mt 4,19.
Todos hemos escuchado la invitación de Jesús: “Sígueme” (Jn 1, 44), y es como respuesta a esta llamada que nuestra Comunidad entiende su misión.
Creemos que se nos ha enviado a ser fermento en la masa (Lc 13, 21), es decir, a estar inmersos en la vida cotidiana de la gente, a trabajar junto a ellos para que el Reino se haga presente aquí y ahora, en el mundo de hoy y con las gentes que lo habitan. Nos parece que esta manera de encarnarnos en el mundo responde a la invitación que hace el Concilio Vaticano II a los laicos: “Los laicos, sin embargo, están llamados particularmente, a hacer presente y operante a la Iglesia en los lugares y condiciones donde ella no puede ser sal de la tierra si no a través de ellos. Así, pues, todo laico, con los mismos dones que le han sido conferidos, se convierte en testigo y al mismo tiempo en instrumento vivo de la misión de la misma Iglesia [en la medida del don de Cristo] (Ef. 4,7)”[1].
Por tanto, sentimos como plenamente conformes con este espíritu, las diversas tareas que realizamos, tanto solos como en comunidad. De esta forma, nuestra lucha por la justicia en nuestros respectivos ámbitos profesionales, nuestro esfuerzo dinamizador en la parroquia y nuestra presencia cotidiana en nuestro barrio, son diferentes aspectos de la misma misión, diferentes respuestas a una misma llamada.
En la parroquia es donde sentimos que está nuestro entronque con la Iglesia universal, y es la misión primera de la Comunidad en estos momentos. Participamos dentro de la Parroquia de San Pablo (Huelva), a distintos niveles.
Los distintos trabajos profesionales en los que ponemos la mayor parte de nuestras energías personales, están vinculados a una opción clara por los pobres. Es para nosotros un reto mantener e incrementar la implicación de los demás miembros de la Comunidad en el trabajo de cada uno de nosotros, para llegar a sentir que estamos enviados juntos a trabajar en solitario (Lc 10,1) en distintos frentes de una misma lucha.
[1] Lumen Gentium n. 33.
jueves, 21 de junio de 2007
Convivencia de Pastoral Juvenil
jueves, 14 de junio de 2007
Audiencia con el Obispo D. José
Reunión del Secretariado de Comunidades de Vida
viernes, 8 de junio de 2007
Actividades
jueves, 31 de mayo de 2007
Pilares de la Comunidad Amén (II)
Creemos que esta atención de la vida interior incluye tanto la perseverancia y la constancia (incluso en momentos en los cuales orar parece un esfuerzo ciego), como la creatividad y el cuidado de los detalles, que pueden y deben hacer de la oración un espacio en el que se perciba la presencia de Dios. Que la oración ha de ser un momento de la vida de la Comunidad, en el que se pongan las mejores energías y saberes de que esta dispone, es una firme convicción para nosotros. Así como la necesidad de que sea abierta a todos y en la que se hacen presente todos. Es fundamental que cuando cada uno de nosotros busque un lugar en silencio para ponerse delante de Dios, sienta que con él o ella se sientan todos los demás, y que él o ella se ponen en oración con toda la Iglesia.
Como herramienta que responde a todas estas convicciones utilizamos la liturgia de las Horas, ligeramente adaptada a nuestra forma de ser (dejando que tengan cabida cantos, música y otras lecturas complementarias que le den una belleza aún mayor, y ofreciendo un espacio para compartir). Nos proponemos utilizar los laudes como inicio personal del día con Dios, dejando para el final del día (”nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”[2]), con las vísperas, el encuentro de la Comunidad frente al Padre.
Fundamental para la Comunidad es la Eucaristía. Es el culmen de toda oración, pues en ella la oración personal y la oración comunitaria se funden con la oración de la Iglesia, para ser ya, por la acción del Espíritu Santo, la oración del pueblo que camina hacia Dios y quiere unir su plegaria a la de Jesucristo, rogando y dando gracias al Padre.
La Eucaristía es para nosotros el sacramento de la unidad. La unidad de toda nuestra vida frente al Padre Dios, donde tomamos el agua viva que da sentido al compromiso, la oración, la familia, etc. La unidad de la vida comunitaria junto a Jesús, donde nos sentimos discípulos del Maestro y recordamos que no es nuestro el Reino que estamos construyendo, sino que es de aquel que nos llamó, de aquel que va delante de nosotros hacia Jerusalén. La unidad de la Iglesia en el Espíritu Santo, donde la iglesia local, diocesana, universal, se descubre pueblo que pide, agradece, y celebra cantando la presencia de Dios en su historia, que se ha convertido en peregrinación hacia el Reino que ya está llegando.
[1] Carta pastoral de los obispos vascos “La oración cristiana hoy”. Pascua 1999.
[2] San Agustín. Confesiones II,10.
miércoles, 23 de mayo de 2007
Pilares de la Comunidad Amén (I)
Una imagen por esculpir.
No es fácil en el momento actual saber cuál ha de ser el lugar que nos es propio, aquel desde el que esta Comunidad puede aportar lo que le es especifico, aquello por lo que el Espíritu ha suscitado su existencia. ¿Cuál es la necesidad sin respuesta que hemos sido llamados a cubrir?
Sin tener claro totalmente cual es el carisma recibido, sabiendo que siempre estará abierto a lo que Dios pida, y sin querer por tanto cerrar ahora su definición, no podemos, no obstante, dejar de advertir que ya hay respuestas (“lo que el hombre no puede comprender totalmente, puede, sin embargo, perfectamente hacerlo”[1]), ofrecidas comunitariamente al mundo y a la Iglesia. Respuestas que nos dan pistas acerca de cual pueda ser dicho carisma, pistas que son:
La vivencia de ser una comunidad significativa, que quiere testimoniar en el mundo y en la Iglesia una forma nueva, y a la vez enraizada en la historia, de vivir en común, siendo este un aspecto primordial y no accesorio para nosotros. No nos sentimos inventores de algo nuevo, sino más bien redescubridores de una manera de vivir que lleva dos mil años haciéndose presente en el mundo, pues somos plenamente conscientes de ser “hombres y mujeres precedidos”[2].
La presencia comunitaria en un barrio humilde de nuestra ciudad, aportando una alternativa laica consagrada dentro del mundo actual.
La vida parroquial, siendo esta el centro y la base de nuestra pertenencia a la Iglesia, aportando en ella una visión joven y esperanzada a una realidad envejecida y denostada por muchos.
La conciencia de pertenencia a la Diócesis y una sincera disponibilidad al Obispo, buscando su ayuda en el discernimiento de lo que Dios quiere de la Comunidad.
La opción comunitaria por vivir junto a los pobres, aportando un esfuerzo individual y colectivo en pro de la justicia.
Es por tanto nuestra presencia y lo que entendemos hoy nuestro carisma, esto es nuestro don para la Iglesia y el mundo, una alternativa urbana, laica, parroquial, diocesana y comprometida con la justicia.
Junto a esto que es lo fundamental, aparecen otros aspectos que también son importantes. La apertura a los demás intentando servir de enlace entre diversas realidades, es para nosotros algo casi instintivo. Intentamos tener siempre presente este objetivo, que se concreta en los encuentros con otras comunidades, con la gente de la parroquia, etc.
[1] “Lo que el hombre no puede comprender totalmente, puede, sin embargo, perfectamente hacerlo; y al hacerlo, alcanza conciencia de esta realidad viviente, que, para él, está todavía en la penumbra. Guardar la palabra de Dios significa ante todo, ponerla por obra”. M. Blondel. Histoire et Dogme, 79. Citado en Mysterium Salutis Vol I, Tomo II.
[2] “El cristiano es un hombre precedido. Con anterioridad a nosotros, muchas generaciones de fieles han reflexionado y vivido del Espíritu. Por consiguiente, intentaremos comprender la fe no como aventureros solitarios, sino acompañados por ellos”.Y. Congar. El Espíritu Santo. Herder, 1980.
domingo, 20 de mayo de 2007
Encuentro con la Comunidad Tierra Esperanza
domingo, 13 de mayo de 2007
Retiros en Onuva
viernes, 4 de mayo de 2007
Esperando al Espíritu
viernes, 27 de abril de 2007
Ampliando horizontes
Y van acabando las obras
Parece mentira. Después de un año desde que nos lo entregaron el Campito Amén va tomando forma. Una lengua de terreno en medio de los viñedos y una casita humilde forman este sueño que poco a poco se va haciendo más habitable. Mucho trabajo y mucha ilusión que ojalá den un buen fruto para todos.
sábado, 21 de abril de 2007
Mentiras en el caso Jon Sobrino
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20061126_notification-sobrino_sp.html
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20041213_notification-fr-haight_sp.html
Sería muy bueno que aplicaramos a la información que recibimos sobre la Iglesia las mismas sospechas que llevamos años ejerciendo sobre la información social en los medios. Tristemente he comprobado que los mismos que me enseñaron a no fiarme de lo que la tele o los diarios decían de los pobres, la carcel, la asistencia sanitaria o social, etc... dan ahora por buena la versión "eclesial" de los medios sin dar mucho pié a la otra versión.
Esto no quita que para Jon Sobrino esta es una situación dolorosa y dificil. Espero que la gente que le quiere y él mismo sepan encontrar en este obstáculo una oportunidad para crecer. Me gustaría traer aquí el ejemplo de Y. Congar, que llegó a decir:
“ No se conoce el caso de hombres que han intentado responder verdaderamente a las llamadas de los hombres, que no hayan resultado sospechosos, expuestos a todo tipo de dificultades. Pero tampoco se conoce el caso de que, si han tenido el valor de mantenerse durante bastante tiempo haciendo sosegadamente un trabajo valioso, no hayan salido finalmente victoriosos y hasta tal vez, incluso, rehabilitados”. Sobre Congar:
www.latorredelvirrey.es/pdf/01/yves.congar.pdf
Juan Diego González.
jueves, 19 de abril de 2007
Semillas de unidad
Así podría seguir contándoles más "lindeces" de las que he oido en estos últimos días acerca de la ya popular Parroquia. Pero no es para eso para lo que he decidido usar este espacio, de lo que yo quería hablar era de la unidad y de la comunión de los cristianos, y es que estas discusiones me han dado mucho que pensar. He recordado las palabras de Jesús: "Sed uno para que el mundo crea.", y pienso que los cristianos posicionándonos unos enfrente de los otros no vamos a hacer verdad ese sueño de unidad que tiene el Padre para con la humanidad.
Yo amo profundamente a la Iglesia y desde ahí estoy escribiendo esto, quiero a mis hermanos de San Carlos Borromeo y también a mis hermanos los obispos que han decidido cerrar el templo de dicha parroquia para los sacramentos. No quiero dar lecciones a nadie, pero sólo sintiéndonos hermanos y amándonos todos, seremos capaces de ofrecer al mundo la Unidad con la que el Padre soñó. Sólo desde el amor podremos construir la Iglesia que Dios quiere para este mundo. Los cristianos no podemos enfrentarnos de estas maneras por guerras que son más de los medios que nuestras. Los cristianos tenemos que ser semillas de unidad. Imagino al Padre Dios mirando estas cosas y creo que si algo debe dolerle es ver como sus hijos se ponen unos enfrente de los otros en vez de buscar juntos soluciones a los problemas que en la Iglesia surgen. Lo que pasa es que para eso hay que amar mucho a la Iglesia, despojarse de los muchos prejuicios que tenemos los unos contra los otros y estar dispuestos a trabajar dentro de la Iglesia y ser creativos para buscar soluciones a los problemas que surgen. Honestamente no sé si a eso estamos dispuestos, y es que es más fácil ver " los toros desde la barrera" y luego criticar lo que hacen otros, es más fácil discutir, que dar la vida en la Iglesia y por ella y por todos los que la formamos, es más fácil estar con el que piensa como yo, que con el que me lo pone difícil porque piensa lo contrario. Es más fácil, si, pero menos apasionante. Los cristianos estamos llamados a amar lo diferente, y sólo desde que seamos capaces de amarnos y de ser de verdad Uno, sólo desde ahí será posible el Reino, en el que los pobres tienen un lugar privilegiado, lo demás serán las luchas de unos o de otros, pero eso no tiene nada que ver con el sueño de Unidad de nuestro Padre.
Habrá quien piense que con todo este discurso he evitado decir mi opinión al respecto, y no me importa decirla yo creo que para que un Obispo cierre una Parroquia algo debe haber estado pasando en ella, porque no creo que esto sea muy agradable por mucho que en algunos medios se empeñen en pintarnos al Obispo como "el malo malísimo". De todos modos no he escrito yo aquí para lanzar otra opinión más acerca del asunto. Sólo he pretendido reflexionar sobre lo que más me ha preocupado de todo esto, y es que creo que la Iglesia de Jesús, no es la Iglesia de los hermanos que se pelean, es más bien la Iglesia de los que juntos buscan el camino para que el Reino se haga aquí en la tierra.
domingo, 15 de abril de 2007
Reunión preparatoria del secretariado de Comunidades de Vida
jueves, 12 de abril de 2007
Vosotros sois testigos
Los discípulos al ver a Jesús resucitado, ya no podían pensar que todo se había quedado en el Calvario en aquella cruz, Jesus superó la cruz y la hizo vida. Los discípulos salieron a dejarse la vida, al igual que Jesus, transmitiendo el mensaje que habían recibido. Hoy dos mil años más tarde, nos toca lo mismo, nos toca entregarnos, darnos, invitar al mundo con nuestra vida, donarnos, regalarnos... porque somos testigos de la resurrección. Ser testigos es una gran responsabilidad, pero es también un regalo que Dios nos ha hecho a algunos, ! disfrutemosló ¡
miércoles, 11 de abril de 2007
Nuestra vida
Queremos vivir reconociendo que Dios está en medio de nuestra vida, intentamos crear entre nosotros y con los que nos rodean, un tipo de relaciones basadas en el amor y el servicio.
Sentimos que los pobres deben estar siempre formando parte de nuestra misión, porque sabemos que son los preferidos del Padre.
Nos sentimos parte de la Iglesia, a la que amamos profundamente y por la que trabajamos para que se parezca cada día más a la Iglesia que Dios quiere.
Nuestros días transcurren de un lado para otro, cansados porque tenemos muchas cosas que hacer pero felices de sentir que estamos respondiendo con nuestras vidas a la llamada de seguimiento que un día sentimos cada uno.
después de la pascua
martes, 10 de abril de 2007
lunes, 9 de abril de 2007
Un nuevo espacio para expresar la fe
La Comunidad Amén nace el 22 de Diciembre de 2002, de la inquietud de dos parejas de novios que, tras casarse, deciden profundizar su vida cristiana en común. Antes de ese momento estos jóvenes habían tenido una experiencia de encuentro, convivencia y oración, tanto ellos solos como con la comunidad parroquial de San Pablo (Huelva).
Durante el año anterior a la fundación de Amén, fueron madurando la convicción de que Dios estaba dirigiéndoles la Palabra, y que les invitaba a vivir su ser cristianos en comunidad. Esta sensación de ser receptores de un mensaje, de una llamada por parte de Dios, se convierte en la línea básica de su vida en común, pudiéndose decir que su mayor objetivo, su mayor meta, era estar a la escucha de Dios. Este objetivo marca sus vidas, congregándoles a la oración diaria en común, como momento nuclear de cada día. La escucha de la palabra les lleva a querer emular a las primeras comunidades cristianas, evocadas en los Hechos de los Apóstoles. Así, ponen en común sus bienes y participan juntos en la Eucaristía. También se van implicando unos a otros en la tarea liberadora en la que, ya en solitario, estaban envueltos. La atención a los jóvenes sin familia, a los toxicómanos, a los enfermos, y en general, a los que sufren, les une más todavía, haciéndose evidente para ellos que esa presencia de todos y cada uno junto a los pobres, es una actualización compartida y totalizante del amor de Jesús a los más pequeños.
Todas estas vivencias comunes cristalizan en una nueva familia en la que todos se sienten hermanos, y partícipes de una misma vida común. Familia que, así como las más pequeñas que la forman, quiere estar a la espera, abierta a la incorporación de nuevos miembros. Esta familia se siente profundamente normal, cercana a los que viven a su alrededor, sin pretender otra cosa que ser sal y luz en el mundo.