Hoy la Comunidad Amén abre este nuevo espacio, donde podremos compartir de otra forma nuestra fe y nuestra vida con todo el que quiera acercarse a verlo.
La Comunidad Amén nace el 22 de Diciembre de 2002, de la inquietud de dos parejas de novios que, tras casarse, deciden profundizar su vida cristiana en común. Antes de ese momento estos jóvenes habían tenido una experiencia de encuentro, convivencia y oración, tanto ellos solos como con la comunidad parroquial de San Pablo (Huelva).
Durante el año anterior a la fundación de Amén, fueron madurando la convicción de que Dios estaba dirigiéndoles la Palabra, y que les invitaba a vivir su ser cristianos en comunidad. Esta sensación de ser receptores de un mensaje, de una llamada por parte de Dios, se convierte en la línea básica de su vida en común, pudiéndose decir que su mayor objetivo, su mayor meta, era estar a la escucha de Dios. Este objetivo marca sus vidas, congregándoles a la oración diaria en común, como momento nuclear de cada día. La escucha de la palabra les lleva a querer emular a las primeras comunidades cristianas, evocadas en los Hechos de los Apóstoles. Así, ponen en común sus bienes y participan juntos en la Eucaristía. También se van implicando unos a otros en la tarea liberadora en la que, ya en solitario, estaban envueltos. La atención a los jóvenes sin familia, a los toxicómanos, a los enfermos, y en general, a los que sufren, les une más todavía, haciéndose evidente para ellos que esa presencia de todos y cada uno junto a los pobres, es una actualización compartida y totalizante del amor de Jesús a los más pequeños.
Todas estas vivencias comunes cristalizan en una nueva familia en la que todos se sienten hermanos, y partícipes de una misma vida común. Familia que, así como las más pequeñas que la forman, quiere estar a la espera, abierta a la incorporación de nuevos miembros. Esta familia se siente profundamente normal, cercana a los que viven a su alrededor, sin pretender otra cosa que ser sal y luz en el mundo.
La Comunidad Amén nace el 22 de Diciembre de 2002, de la inquietud de dos parejas de novios que, tras casarse, deciden profundizar su vida cristiana en común. Antes de ese momento estos jóvenes habían tenido una experiencia de encuentro, convivencia y oración, tanto ellos solos como con la comunidad parroquial de San Pablo (Huelva).
Durante el año anterior a la fundación de Amén, fueron madurando la convicción de que Dios estaba dirigiéndoles la Palabra, y que les invitaba a vivir su ser cristianos en comunidad. Esta sensación de ser receptores de un mensaje, de una llamada por parte de Dios, se convierte en la línea básica de su vida en común, pudiéndose decir que su mayor objetivo, su mayor meta, era estar a la escucha de Dios. Este objetivo marca sus vidas, congregándoles a la oración diaria en común, como momento nuclear de cada día. La escucha de la palabra les lleva a querer emular a las primeras comunidades cristianas, evocadas en los Hechos de los Apóstoles. Así, ponen en común sus bienes y participan juntos en la Eucaristía. También se van implicando unos a otros en la tarea liberadora en la que, ya en solitario, estaban envueltos. La atención a los jóvenes sin familia, a los toxicómanos, a los enfermos, y en general, a los que sufren, les une más todavía, haciéndose evidente para ellos que esa presencia de todos y cada uno junto a los pobres, es una actualización compartida y totalizante del amor de Jesús a los más pequeños.
Todas estas vivencias comunes cristalizan en una nueva familia en la que todos se sienten hermanos, y partícipes de una misma vida común. Familia que, así como las más pequeñas que la forman, quiere estar a la espera, abierta a la incorporación de nuevos miembros. Esta familia se siente profundamente normal, cercana a los que viven a su alrededor, sin pretender otra cosa que ser sal y luz en el mundo.
1 comentario:
enhora buena por este espacio....
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