Hay quienes me reprochan hacer referencia de forma demasiado frecuente a la muerte. Lejos de querer aparentar ser más profundo de lo que soy aprovecho para justificarme que mi amigo Michel de Certeau me ofrece unas palabras que me ayudan a comprender este memento mori:
"Hay un lazo esencial entre la apertura al infinito y una discreta pero permanente proximidad de la muerte... Esto no tiene nada de problemático. La inquietud y la angustia no son características de la experiencia espiritual. La verdad es totalmente la contraria. Este movimiento pacifica, ya que este itinerario corresponde a lo que hay de más esencial en nuestra vida y quizás también de más esencial en la naturaleza de Dios (en tanto que podemos hablar de ella). La coincidencia entre las salidas retomadas, los lugares atravesados y, de otra parte, nuestro ser mismo (somos siempre más allá de nosotros mismos) define precisamente una paz. El ser se encuentra dándose. La libertad se constituye arriesgándose. El hombre nace en su más allá".
Michel de Certeau, "L´expérience spirituelle", en L´etranger ou l´union dans la difference, Seuil, 1994, p. 8.
Juan Diego González,
C. Amén.
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