La lectura del libro de Judit tiene mucho que decir en muchos planos como el del desafío a la voluntad de Dios, la confianza profunda en su providencia, la importancia de las obras en la vida de fe... sin embargo, en mi última lectura me han llamado la atención especialmente las siguientes palabras:
"Vive el Señor, que me protegió en mi camino; os juro que mi rostro sedujo a Holofernes para su ruina, pero no mi hizo pecar. Mi honor está sin mancha". (Jt. 13,16)
¿No es curioso que después de haber mentido y de haber asesinado a un hombre (al enemigo mortal de su pueblo, es verdad) se afirme con toda rotundidad la ausencia de pecado por el mero hecho de no haber consumado la promesa sexual hecha a Holofernes?
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