En el mismo lugar y a los 50 años exactos de la apertura
del Concilio Vaticano
II, Benedicto XVI inauguró el paso jueves 11 de Octubre el “Año
de la Fe”, que se prolongará hasta el 24 de noviembre de 2013. Con el objetivo
de dar "un renovado impulso a la misión de la Iglesia" para que el testimonio de los creyentes sea cada vez más creíble
a través del "compromiso público", para la renovación de la Iglesia y
para redescubrir
y estudiar los contenidos fundamentales de la fe.
En su homilía, el Papa afirmó que
“Jesucristo es el
verdadero y perenne protagonista de la evangelización”, un
movimiento que “con la fuerza del Espíritu, lleva la buena noticia a los pobres
en sentido material y espiritual”.
El Papa manifestó haber proclamado este “Año de la Fe” y haber
propuesto un gran esfuerzo de “Nueva Evangelización” sencillamente “porque son
todavía más necesarios que hace 50 años”, ya que “en estos decenios ha
aumentado la
‘desertificación espiritual’.
El “Año de la Fe” es “una peregrinación en los desiertos
espirituales del mundo contemporáneo, llevando consigo solamente lo que es
esencial: ni bastón, ni alforjas, ni pan ni dinero, ni dos túnicas, como dice
el Señor a los apóstoles al enviarlos a la misión”.
Además,
remarca que ha querido iniciar este año coincidiendo con el aniversario del
Concilio Vaticano II porque, según explica, el Concilio es "la gran gracia
de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX" porque es "la
brújula segura" para orientar a los fieles "en el camino del siglo
que comienza".
En la carta apostólica
'Porta Fidei' que prepara a los fieles para vivir el Año de la Fe, el Pontífice
señala que la fe "está sometida más que en el pasado a una serie de
interrogantes que provienen de un cambio de mentalidad" que "reduce
el ámbito de las certezas racionales al de los logros científicos y
tecnológicos", aunque ha precisado que la Iglesia "nunca ha tenido
miedo de mostrar cómo entre la fe y la verdadera ciencia no puede haber
conflicto alguno" porque ambas "tienden a la verdad".
Según Benedicto XVI, “es necesario que la nueva evangelización se
apoye en una base concreta y precisa, que son los documentos del Concilio
Vaticano II”. Por ese motivo, dijo, “he insistido repetidamente en la necesidad
de regresar a la “letra” del Concilio, es decir a sus textos, para encontrar
también en ellos su auténtico espíritu”.
Benedicto XVI invitó a caminar por la vida como peregrinos pues
“el viaje es metáfora de la vida, y el viajero sabio es el que ha aprendido el
arte de vivir y lo comparte con los hermanos, como sucede con los peregrinos a
lo largo del Camino de Santiago”.
Asimismo, el
Papa reconoce que la Iglesia, "abrazando en su seno a los pecadores",
es a la vez "santa y siempre necesitada de purificación" por lo que
"busca sin cesar la conversión y la renovación" y ha recordado que la
Iglesia "continúa su peregrinación en medio de las persecuciones del mundo
y los consuelos de Dios".
Concretamente,
subraya que la misma "profesión de fe" es "un acto personal y,
al mismo tiempo, comunitario" porque "el primer sujeto de la fe es la
Iglesia". Según explica, la fe católica significa "adherirse plenamente
con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia" y no puede
ser "un hecho privado".
El inicio
del Año de la Fe, también coincide con "los 20 años de la
publicación del Catecismo de la Iglesia Católica",
promulgado por el beato Juan Pablo II "con la intención de ilustrar a
todos los fieles la fuerza y la belleza de la fe". Por este motivo, al
finalizar la Misa de apertura del Año de la Fe, el Papa entregará una copia del
mismo, en edición especial a dos representantes de los catequistas.
En el siguiente enlace del Consejo Pontificio para la
Promoción de la Nueva Evangelización, encontrareis todo la información al
respecto: http://www.annusfidei.va/content/novaevangelizatio/es.html
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