La Comunidad Amén respalda la
Huelga General del próximo 14 de Noviembre. Ponemos nuestro gesto ante los ataques
a los derechos sociales, a la protección de las personas y las familias con el
argumento de la crisis.
Este respaldo nace de contemplar una realidad cada vez más marcada por el empobrecimiento de nuestra humanidad. Donde se produce un terrible aumento de las tasas de pobreza, desigualdad y exclusión. Es tiempo de hacer algo. Contemplamos como nuestros gobernantes han priorizado la salvación del sistema, del sistema financiero, de los bancos … en lugar de rescatar a las personas.
La Comunidad no quiere permanecer
ajena, impasible al sufrimiento de tantas
y tantas familias afectadas por el paro, los desahucios, los recortes en
sanidad, en dependencia, en políticas sociales. Situación que se torna
insostenible para los inmigrantes, los jóvenes, los ancianos dependientes, los
parados de larga duración.
Las decisiones que en la actualidad los poderes públicos están tomando afectan al conjunto de la sociedad … golpeando de manera dura, a los más débiles. Alimentando la paradoja de estar realizando “ajustes” en políticas sociales cuando cada vez más personas necesitan, solicitan, gritan ayuda. Todo esto nos hace como colectividad vivir un empobrecimiento generalizado, contemplando la pérdida de la cohesión social y la ausencia de un horizonte común.
En coherencia con los principios evangélicos, y su desarrollo en la Doctrina Social de la Iglesia, creemos necesario realizar de forma urgente una regulación del mercado, dado que en la situación actual parece que nuestros gobiernos son súbditos de las entidades financieras y la única salida que nos están ofreciendo son políticas de recortes, que rebajan claramente los derechos de los trabajadores y de los ciudadanos.
Además, vivimos en la esperanza de que nuestros gobernantes y poderes públicos actúen con responsabilidad ante la gravedad de la situación actual, que puede empeorarse en el caso de que olviden el principio básico de humanidad, en el que las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los beneficios.
Las decisiones que en la actualidad los poderes públicos están tomando afectan al conjunto de la sociedad … golpeando de manera dura, a los más débiles. Alimentando la paradoja de estar realizando “ajustes” en políticas sociales cuando cada vez más personas necesitan, solicitan, gritan ayuda. Todo esto nos hace como colectividad vivir un empobrecimiento generalizado, contemplando la pérdida de la cohesión social y la ausencia de un horizonte común.
En coherencia con los principios evangélicos, y su desarrollo en la Doctrina Social de la Iglesia, creemos necesario realizar de forma urgente una regulación del mercado, dado que en la situación actual parece que nuestros gobiernos son súbditos de las entidades financieras y la única salida que nos están ofreciendo son políticas de recortes, que rebajan claramente los derechos de los trabajadores y de los ciudadanos.
Además, vivimos en la esperanza de que nuestros gobernantes y poderes públicos actúen con responsabilidad ante la gravedad de la situación actual, que puede empeorarse en el caso de que olviden el principio básico de humanidad, en el que las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los beneficios.
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