Hace unos años me dijo un hermano comunitario que me estaba volviendo muy "intelectualoide" en mi ser cristiano (en aquel tiempo aquello consistía en que me iba a preparar una oposición en vez de dedicarme al voluntariado). Hoy creo que mi ser cristiano se ha hecho más maduro y, a pesar de la sorprendente y desagradable obstinación del pecado por hacerse conmigo, sin embargo leo mucho más que entonces. Ya no hago voluntariado de tipo social, pero trabajo día a día en mi puesto de matrona por dar una atención humana a quienes lo necesitan; ya no estoy en ninguna ONG, pero ahora tengo tres hijos preciosos y colaboro en la tarea evangelizadora de la Iglesia en Huelva; es verdad que suspiro por leer algunas horas más, pero también es verdad que casi no veo la tele. En resumen, que estoy seguro de que Dios me va guiando, pese a mí mismo en muchas ocasiones, a donde Él quiere, y que en mi seguimiento tiene mucho peso lo experiencial pero también el pensamiento y la reflexión.
En esta línea se enmarca la lectura de la obra que hoy presento aquí. Es un texto de altos vuelos, no solo por su autor, sino por los temas que trata y por la consistencia y el estilo con que lo hace. Leer a Ratzinger es un placer para mí, y creo que puede serlo para todo aquel que sepa quitarse un ratito las "gafas antirromanas" que tanto abundan hoy día. No es cuestión de estar de acuerdo o no con él, sino de asistir al testimonio de alguién que es profundamente cristiano y que además, demuestra una sabiduría realmente dificil de emular, a lo que añade un estilo claro, rítmico, ágil. Ratzinger trata con respeto a todos los autores con los que dialoga en esta obra, sea para apoyarse en ellos, sea para refutar sus tesis, y pone nombre a los conflictos y las dificultades de la vida de fe con mucha sinceridad.
La relación entre experiencia y reflexión, el ecumenismo (tanto ortodoxo-católico, como católico-reformados), la función de la teología, el bautismo, y otros muchos temas son tratados aquí con la pretensión de iniciar una panorámica de lo esencial de la fe cristiana católica, aunque desde una perspectiva ecuménica.
Os recomiendo esta lectura intensamente, aunque no es un libro sencillo (no conozco ningún libro bueno de teología que sea sencillo, y tiendo a dudar de aquellos que pretenden solucionar problemas centenarios de la Iglesia en unas breves páginas al estilo de "Diez ideas para frenar el calentamiento global" o "Construya un avión en quince días") Mi experiencia es que es mejor acercarse a la buena literatura teológica (de la tendencia que se prefiera, aunque lo ideal es leer algo de todas), aunque al principio nos resulte dificil, que andar perdiendo el tiempo con libros llenos de ideas aguadas e inexactitudes.
Con cariño,
Juan Diego González, Amén.
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