Este librito no podemos dejar de leerlo todos aquellos que en algún momento nos planteamos aquello de "hacer un mundo mejor". Es especialmente adecuado para todos aquellos cristianos que sienten que deben poner su esfuerzo en mejorar las vidas de los más desfavorecidos y quieren hacerlo desde este país suyo de origen. La necesidad de una articulación política de esas inquietudes parece evidente a poco que se profundiza en el tema. Incluso el Magisterio de la Iglesia nos invita, especialmente a los laicos, a participar en la vida pública y política del país. Sin embargo, el descrédito generalizado de la política tiene un fuerte arraigo entre los cristianos y particularmente en los situados más a la izquierda, que ven en la política un agujero negro capaz de absorber todos los buenos valores de una persona.
Esta obra puede servirnos para cambiar la perspectiva, analizar las deficiencias internas al sistema actual y hacernos un plan de trabajo desde el que podamos contribuir a la mejora de nuestro país y del mundo. Es un libro corto y barato (8 euros) que se lee muy bien, y que cuenta con una brillante introducción de uno de los traductores, mi querido amigo Antonio Lastra.
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